Clavo de Olor Molido

Nativo de las pequeñas islas volcánicas de las islas Molucas o islas de las especies (Maluku en indonesio para los que no sabían de donde también es endémica nuestra cacatúa moluquensis), los clavos son los capullos sin abrir del árbol del clavo. Justo antes de que florezcan, se vuelven de un rosa brillante y se cosechan, en su punto máximo de aroma y sabor.

En Chile, los clavos molidos se encuentran con mayor frecuencia en pasteles, natillas, tartas y licores, asociados con canela, jengibre y nuez moscada en platos principalmente dulces. Pero también son un maravillosos cuando se usan una punta de cucharita, en caldos, estofados de vacuno cocidos a fuego lento, salsas y guisos. También están ganando una reputación entre aficionados serios de la cocina, combinado con salvia y pimienta en platos salados.

El sabor del clavo es amargo, picante, muy contundente y con toques afrutados. Su aroma es fuerte, con matices de alcanfor y pimienta. Puedes hace una tremenda diferencia en un plato, agregando una tonalidad exótica maravillosa, pero OJO, son muy fuertes y hay que ocuparlos con moderación. Hay gente que dice no gustarle el clavo de olor, pero en verdad lo mas probable es que hayan probado platos con exceso de clavo. El Clavo debe estar si quieres destacar, pero no debe dominar…

Los clavos son bastante populares en la cocina del norte de África, donde se utilizan en mezclas de especias para dar sabor a platos de carne o arroz. En toda Asia son populares en las mezclas de especias y son ingrediente esencial de la 5 Especias china, el Garam Masala hindú, el Pumpkin Pie Spice norteamericano y el Quatre Epices francés.

Los clavos van bien con manzanas, beterragas, zanahorias, chocolate, jamón, cebollas, naranjas, carne de cerdo, zapallo y papas camote.