Pimienta Blanca Entera

Primero explicar algunas cosas: los granos de pimienta blanca se obtienen de la planta trepadora perenne Piper Nigrum, la misma de la que se obtienen los granos de pimienta negra y verde. La pimienta verde son los frutos enteros sin madurar, deshidratados y sometidos a un enjuague que mantiene su color original. La negra son frutos enteros a medio madurar, deshidratados de manera natural hasta que toma ese color obscuro. La pimienta blanca es el fruto completamente maduro, al que se le desprende la carne por inmersión y corresponde por tanto solo a la semilla.

Esta pimienta es de granos suaves, redondos y de color blanco cremoso. Emiten un aroma a pino y madera con un especiado picante como la nota principal. El aroma es muy vivo y directo, y se refleja en el sabor. El sabor comienza con una quemadura rápida y limpia impulsada por su principal aceite volátil, la piperina. Se desvanece en una amargura persistente y agradablemente hormigueante. El contenido de aceite volátil en los granos de pimienta blanca se encuentra en alrededor del 2 %, lo que explica el intenso ardor que permanece en los labios.

Los granos de pimienta blanca suelen ser la pimienta elegida en platos blancos o de colores claros donde se mezclarán con el plato circundante y no crearán un contraste de color. Aprovéchala cuando prepares bechamel, velouté, salsa holandesa o rillettes de cerdo o pollo.

Es una especia común en la cocina tailandesa, así que pruébela en el curry Panang o en las alitas de pollo al horno al estilo tailandés. Es una gran adición a mariscos de colores claros; peces a la sartén, buñuelos y pasteles de jaiba, en fin…