Zaatar

Los especialistas dicen que el zaatar es el condimento que querrás agregarle a todo, y no podemos estar más de acuerdo.

Hay zaatar y versiones del zaatar en todo norte de África, y medio oriente, incluso con arraigo nacional, y todos en general lo defienden como el zaatar verdadero y el más delicioso.

Nos gusta pensar en el zaatar como el condimento de “la media luna fértil”, cuna de la civilización sedentaria de la revolución neolítica, con agricultura de trigo, lentejas y garbanzos, tan claramente representada en la biblia por la disputa entre Esaú y Jacob, en que Esaú vende su progenitura por un plato de lentejas a Jacob.

Para esta civilización (asentada en lo que sería el delta del Nilo, Palestina, Siria, Jordania y el valle de Mesopotamia) el zaatar es una mezcla cualquiera de especias, que tuvo muchas versiones, muy territoriales todas, incluso con variaciones entre familias, y todas con recetas muy celosamente guardadas.

Lo común parece ser su uso para untar pan humedecido en aceite, agua o vino. O sea, una forma rápida de alimentarse sabroso con el pan como ingrediente central. También para sazonar garbanzos y lentejas, espolvorear sobre hummus o comer con labneh, un popular queso del medio oriente. También un buen aderezo para pollo, pescado o corderos asados, todo en la esencia de esta civilización originaria (pan de trigo, lentejas, garbanzos, quesos y carnes de crianza). Me imagino la última cena de Jesús, y la visión del pan y el vino me cambia bastante. No es algo que haya ocurrido en los extramuros culturales de la humanidad, con un alimento pobre. En verdad ocurría en el centro de la civilización de la época, ocupando la quintaesencia de la alimentación de esa cultura.

El perfil de sabor de nuestro Zaatar tiene al zumaque, con su acidez avinagrada en el centro, la intensidad compleja a nuez y madera del comino y la pimienta, matizada con las notas herbales del orégano, el tomillo y la mejorana.  Nos encanta la dominancia ácida en este Zaatar. Tributo a la acidez que tanto agradecemos en la cultura culinaria del medio oriente.

En el Líbano, el Zaatar se asocia principalmente con el desayuno, una pista que te recomendamos seguir. Intenta espolvorear un poco sobre los huevos, la avena o el yogurt, ya que el Zaatar parece estar tan a gusto en platos dulces como salados. Muchas personas comen Za'atar directo de la cuchara, bastante rico hay que decir, y muy adictivo, agregado a las cabritas saladas con mantequilla, una perdición.